Somos Winckelmann & Asociados, y nos tomamos la libertad de escribiros en nombre de los profesionales de la Historia del Arte, que andamos un poco necesitados de vuestra ayuda para poder trabajar como Dios manda. Creemos que, en general, nos hemos portado bastante bien. Hemos luchado por obtener un lugar en este mundo que no siempre sabe apreciar la belleza y los muchos valores que nosotros encontramos en la Historia del Arte. A veces pensamos que tanta prisa por tener más dificulta un poco nuestra labor. Por eso os mostramos aquí algunas de nuestras aspiraciones de manera colectiva, que hemos recogido a través de nuestro perfil en redes sociales. Pueden parecer sueños imposibles, pero vosotros sois magos, además de sabios, y la ilusión y el conocimiento también forman parte de nuestra profesión. Y, también, nos gustaría que tuviérais en cuenta que, a lo largo del año, hemos hecho de todo para lograr alcanzar nuestras metas: muchos de nosotros acaban de terminar su formación universitaria, después de años de esfuerzo. Otros seguimos estudiando para poder lograr una plaza en un museo, en una larga carrera de fondo. Hay algunos que continúan especializándose en las diversas ramas de nuestra profesión, en cursos y títulos de lo más variopinto. Hemos continuado investigando, descubriendo, escribiendo y hablando sobre arte, que es lo que más nos apasiona del mundo. Y, sobre todo, hemos estado buscando nuestra forma de compartirlo con el mundo, con los más cercanos y con los que viven al otro lado del planeta. Cada uno de nosotros sigue su camino, paso a paso, sin desfallecer. Pero necesitamos, como os hemos dicho, que nos echéis un cable, por así decirlo. Nosotros ponemos lo que está en nuestras manos, pero hay cosas que se nos escapan. Os contamos algunas de ellas a continuación. En primer lugar, la unidad de todos los que formamos el gremio de los Historiadores del Arte, que, como dice flor.braca, es algo necesario para poder "mostrar a todas las personas las maravillas del arte". Somos muchos, más de los que creemos, y si nos unimos para cumplir objetivos comunes, cada uno desde su sitio, lograremos facilitar el camino y que por fin la sociedad se dé cuenta de todo lo que podemos aportar. Esto va muy unido a la petición de chaberg14, que quiere que se nos tenga más en cuenta en el mercado laboral, ya que hay pocas ofertas de empleo para nosotros, y las que hay no son adecuadas a nuestra formación ni a las funciones que estamos capacitados para realizar. Sólo pedimos trabajar en aquello para lo que hemos estudiado, sin tener que aceptar malas condiciones sólo porque es lo único que se nos ofrece, y que se nos conceda una oportunidad de poner en marcha nuestra vocación profesional. Y precisamente eso es lo que desea susanaalcaire, que la pasión por el arte sea un criterio con más peso que la experiencia a la hora de elegir un candidato para un puesto de trabajo. Como dice ella, es algo que se lleva dentro, y ese amor por nuestro oficio es más que suficiente para adquirir luego las destrezas necesarias en la labor concreta a realizar. Por el contrario, si uno hace algo que no le gusta, es más difícil que lo haga bien... nosotros tenemos entusiasmo de sobra, sólo necesitamos que nos den una oportunidad para demostrarlo. Por su parte, a cajasorpresasarte le gustaría que la sociedad supiera que valemos para mucho más que para dar clase de aquello que hemos estudiado. Y es verdad que existe el prejuicio generalizado de que la Historia del Arte no tiene aplicación práctica, más allá de comunicar el relato histórico de la evolución de los estilos. Y no es verdad. Podemos hacer mucho más, y sí hay un lugar profesional para nosotros, sólo que el mundo aún no lo sabe. En esto juegan también un papel importante las instituciones y las administraciones, como nos ha recordado cuadrosexpo, que querría que los políticos fueran más humanistas, y que decidieran fomentar el arte con menos impuestos y más formación en las escuelas. Y es verdad que, por mucho que cada uno de nosotros pueda hacer por separado, o a través de asociaciones y colegios, es necesario que las estructuras sociales nos ofrezcan un apoyo, una base sobre la que poder desarrollar nuestro trabajo. Por ello, nos gustaría que la educación humanística y cultural fuera una de las demandas sociales, y que se facilitaran estos estudios, a todos los niveles. Será la única forma de apreciarlo, puesto que nadie ama lo que no conoce. Y, finalmente, a nosotros, Winckelmann & Asociados, querríamos pediros que nuestro proyecto sea capaz de ayudar a todos los profesionales de la Historia del Arte, haciéndoles saber que la unión hace la fuerza, que cada uno tiene un papel que desempeñar en esta gran misión de dar visibilidad a nuestra profesión, y que ayudándonos unos a otros facilitamos nuestro propio camino. Sabemos que a lo mejor no podéis cumplir nuestros deseos exactamente como imaginamos, pero contamos con que lo contéis por allí arriba, y que todos los mecanismos mágicos que hacen rodar la máquina que produce lo que aquí llamamos suerte, oportunidad, providencia, inspiración, voluntad y éxito se pongan en marcha. Suponemos que esto llevará algo de tiempo, pero somos gente paciente... aunque tampoco os durmáis en los laureles, por favor. Por nuestra parte, prometemos seguir luchando para que el mundo sepa lo que podemos aportar, a pesar de los obstáculos y el ocasional desánimo, manteniendo siempre encendida una lucecita de esperanza y de ilusión, y cómo no, de amor por lo que hacemos.
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Soy historiadora del arte. Y estoy orgullosa de ello. Lo soy por vocación, porque siempre he pensado que, ya que me va a costar levantarme cada mañana para ir a trabajar, prefiero hacerlo para dedicarme a algo que me guste. Y, aunque al principio barajé otras opciones, todas relacionadas con las Humanidades, desde que la Historia del Arte como tal se coló en mi vida, decidí que nunca nada me había gustado tanto. Así que aquí estamos.
No descubro nada nuevo si digo que no es la profesión más valorada del mundo, por lo menos en España. Siempre supe que no iba a ser fácil desarrollar una carrera profesional centrada en ello, pero la verdad es que nunca pensé que iba a encontrar tanta indiferencia. Porque eso es lo que creo que desmoraliza a la mayoría de nosotros, y a los humanistas en general. Y por eso he creado esta página web, para limpiar el cristal esmerilado a través del que nos mira la sociedad. La mayoría ni siquiera sabe a qué nos dedicamos. Otros piensan que somos unos soñadores. Incluso alguno me ha dicho que si pensaba casarme con un hombre rico, y por eso estudiaba algo tan "inútil". Creo sinceramente que ha llegado el momento de hacer algo al respecto. Es cierto que en los últimos años he escrito sobre esta cuestión en otros lugares, pero con eso no basta, porque soy de la opinión de que debemos unirnos de alguna manera. Por ello, Winckelmann & Asociados pretende ser una plataforma para poner en común nuestras dificultades, estudiar posibles medios de abordarlas, y encontrar información práctica de utilidad. Las estructuras sociales necesitan a los historiadores del arte, aunque no lo sepan. Démonos a conocer. |
AutorTeresa Viada Gálvez, Licenciada en Historia del Arte por la École du Louvre, y Graduada en Historia por la Universidad Complutense. Con experiencia profesional en diferentes museos e instituciones culturales, conoce de primera mano los procesos selectivos para los Museos Estatales españoles. Archives
October 2022
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